jueves, 2 de mayo de 2019

EL SISTEMA DE LA LENGUA: ORTOGRAFÍA Y SEMÁNTICA



INTRODUCCIÓN

Llegamos a la penúltima actividad para completar este camino de la Didáctica de la Lengua Española. Un sendero a través del aprendizaje y correcta forma de fomentar, trabajar y saber enseñar a desarrollar las distintas competencias comunicativas, compuestas por las cuatro grandes habilidades lingüísticas: hablar, escuchar, leer y escribir.

Nuevamente, focalizaremos toda nuestra atención en la escritura, ya abordada en lo respectivo a la caligrafía y la grafomotricidad, y en este nuevo bloque, nos centraremos en el sistema de la lengua, especialmente profundizando en la ortografía y en la semántica. Tan importantes es adquirir buenos hábitos caligráficos como lo es saber escribir adecuadamente, fijándonos en la correcta ortografía de las palabras, su acentuación, puntuación…ya que, como vimos en el bloque pasado, ésta es nuestra carta de presentación hacia el mundo.

Antes de iniciar la actividad requerida, y cómo llevo haciendo en este blog desde sus inicios, me veo obligado a remarcar ciertos conceptos teóricos necesarios para una correcta comprensión y entendimiento de esta entrada, iniciando por definir y explicar qué se entiende por ortografía y por semántica, estando ambos aspectos gramaticales íntimamente relacionados con la expresión y la comprensión.

La ortografía podría venir a definirse como “el conjunto de normas que rigen la representación escrita, el código gráfico de la lengua” (Labajo, I. 2019). Durante la etapa de Educación Primaria, nuestro alumnado, al igual que les ocurrirá con otras muchas materias y habilidades lingüísticas, se tropezarán con ciertas dificultades para la correcta asimilación de las mismas, destacando sobre las presentes en la ortografía las siguientes:

§  las grafías: relacionadas principalmente con los distintos fonemas.
§  la ortografía de la palabra: relacionadas con la acentuación y determinadas reglas ortográficas.
§  en la ortografía de la frase: relacionadas con las reglas para escribir correctamente dentro de este gran conjunto (mayúsculas, separación de sílaba al final del renglón, puntuación…).

Estas dificultades ortográficas vendrán de la mano del proceso que utilizan los educandos para adquirir el aprendizaje de la ortografía, ya que también se deberá tener muy en cuenta el desarrollo cognoscitivo y la edad de los estudiantes, pudiendo presentar problemas en la memorización, en el dominio de nociones lingüísticas, en la correcta aplicación de las normas ortográficas y a su perfeccionamiento, debido estas últimas principalmente a que el dominio ortográfico se fundamente en el recuerdo visual.

Noam Chomsky, demostró que en el proceso de codificación léxica, el orden correcto a seguir debería ser en pensar en lo que queremos decir, organizar esos significados en significantes gramáticamente correctos, atraer la representación mental visual de la palabra y, por último, representarla gráficamente por procesos motores. Por tanto, la ortografía se adquiere y fundamenta en la ruta visual (globalidad de la palabra) ya que nuestro cerebro la reconocerá como bien escrita y, solamente en los casos en que no conozcamos la palabra, usaremos la ruta fonológica (partes de la palabra) y nuestros conocimientos sobre las normativas ortográficas (Labajo, I. 2019).

Por todo esto, nosotros como futuros docentes deberemos trabajar y reforzar la memoria visual a través de distintas y variadas actividades, potenciando la atención y uso funcional de la escritura, con el único fin de que interiorice su correcta y única forma de ser escrita, del mismo modo que deberemos dar un fuerte valor a la pronunciación y la acentuación, sin olvidar a la puntuación. El mejor método de que estas actividades sean atractivas y cumplan con sus objetivos vendrá determinado a través de la motivación que les sugiera a los alumnos, siempre apoyándonos en el aspecto lúdico-didáctico para desarrollarlas, fortalecido todo ello por el trabajo docente. Las actividades que mejorarán la ortografía mayoritariamente serán todas las relacionadas con la atención, sintaxis, habilidad visual…donde deban tener que ver cómo están escritas las distintas palabras.

Comprendiendo lo anterior, se hace evidente que la mejor y correcta lectura que deberemos potenciar para este recuerdo y memoria visual, será la lectura atenta o en voz alta, obligándoles a ver la palabra letra a letra, ya que, por el contrario, la lectura silenciosa ideovisual se realiza a través de fijaciones y no veremos todas las letras.

En el bloque anterior, ya recuperamos de nuevo la palabra dictado, haciéndose muy presente como herramienta para practicar la escritura, especialmente la caligrafía, pero también, cómo veremos a continuación y habiéndolo abordado en este tema, lo es para la ortografía.

Debemos entender que los dictados tradicionales no son actividades formativas sino simplemente nos sirven para evaluar. Cómo hemos visto en los contenidos de este apartado, existen gran cantidad de dictados que podemos y debemos utilizar para trabajar de una manera abierta, continua, preventiva y competencial todos los aspectos ortográficos estipulados en el currículo. Pero también debemos tener claro que la mejor forma de aprender a escribir con una correcta ortografía es realizar dictados con una preparación previa, en la que los niños preparen el texto, asegurándonos y obligándoles a fijarse en cómo se escriben las distintas palabras en las que tienen más dificultad, favoreciendo la competencia de aprender a aprender, a través de su propio aprendizaje y consciencia de las debilidades, reforzando estas.


Es hora de introducir la semántica, siendo el “estudio del significado y la interpretación de los signos lingüísticos. Atiende no solo al significado de las palabras (vocabulario), sino también al significado de frases hechas, expresiones habituales, figuras expresivas relativas al significado y construcciones diversas en un contexto determinado” (Labajo, I. 2019). Todo ello apoyado y reforzado a través de la realización de inferencias léxicas, a partir del contexto en el que esté incluido determinado signo, con el objetivo de entender, interpretar y dar sentido a diferentes mensajes, tanto verbales como no verbales.

Continuamente durante toda nuestra vida, nuestra riqueza lingüística va aumentando progresivamente. No está demás recordar aquel antiguo dicho de “nunca te acostarás sin haber aprendido algo nuevo”, y en lo referente a la lengua y lenguaje ocurre del mismo modo. Nuestro vocabulario, definido según la Real Academia Española de la Lengua como el conjunto de palabras o vocablos que constituyen una lengua, aumenta diariamente debido a las continuas conversaciones y experiencias que tenemos, nutriéndonos de cada una de ellas. De tal manera, no únicamente debemos limitarnos a saber cómo pronunciar esa nueva palabra, sino también tener consciencia de su ortografía, significado y adecuado uso dentro de un contexto, con el fin de poder utilizarla debidamente y sacando el máximo de sus posibilidades lingüísticas.

Como futuros maestros, debemos aportar a nuestro alumnado continuamente la oportunidad de adquirir nuevo vocabulario y así, crear personas con una riqueza lingüística elevada, y para ello, debemos tener presente que existen dos tipos de vocabulario, el activo y el pasivo. El activo sería el que utilizamos como emisores y, el pasivo, el que no utilizamos como emisores, pero comprendemos como receptores. La principal labor de un maestro es desarrollar ambos tipos de vocabulario, y concretando aun más, la misión primordial del maestro será conseguir que el vocabulario pasivo pase a ser activo.

El proceso de aprendizaje del vocabulario se concibe como un proceso cualitativo, multidimensional y dinámico, implicando la reorganización continua de la base mental del vocabulario o lexicón. El proceso de desarrollo del lexicón se concibe como un proceso continuo y simultáneo de comprensión semántica de una palabra y elaboración de sus relaciones semánticas con otras piezas léxicas en la estructura compleja del lexicón mental (Labajo, I. 2019), siendo este último una especie de almacén de palabras, aprendidas y disponibles para que el hablante las use según sus necesidades (Baralo, M. 2000).

Por consiguiente, siempre en la escuela se debería trabajar con modelos comunicativos en los que exista una contextualización de las palabras dentro de sintagmas, frases o textos, ya que esta es la manera más natural de aprender vocabulario nuevo. De este modo, a través de distintas estrategias, trabajaremos conjuntamente todos los aspectos necesarios para que nuestro alumnado adquiera, interiorice y sepa utilizar un rico y variado léxico, sabiendo utilizarlo adecuadamente a la hora de comunicarse.

Realizado este repaso sobre la ortografía y semántica, nos adentramos de lleno en la actividad a desarrollar, la cual consiste en la realización de dos actividades para trabajar estos conceptos lingüísticos en un aula. Para ello, seguiremos un esquema establecido y aportado en el temario de la asignatura. Dicho esquema, es el que se debería seguir siempre para cualquier proceso de trabajo, siendo el siguiente:

- Preparación:
1.     Plantear unos objetivos específicos, contestando a las preguntas de qué quiero conseguir a través de esta actividad y para que estamos haciéndolo.
2.     Preparar el material necesario.
3.     Pensar en cuál es la mejor forma de ponerla en práctica con nuestro alumnado.

- Puesta en práctica:
1.     Activar conocimientos previos y partir de una evaluación inicial.
2.     Motivar y explicar la actividad de manera clara.
3.     Ejemplificar para guiar a nuestros estudiantes.
4.     Ejecutar la actividad, siempre actuando como guías de la actividad, observando, analizando su desarrollo e interviniendo lo mínimo posible durante su realización.

- Evaluación:
1.     Tanto si es de respuesta única como múltiple, compartiremos estrategias, preguntando al alumnado cómo han realizado la actividad. De esta manera, se producirá un desarrollo de la metacognición, reflexionando y expresando su propio pensamiento, verbalizando cómo han llegado a la conclusión/resolución de la actividad. Además, los niños que no hayan usado esta estrategia o no tengan, pueden nutrirse de las que exponen sus compañeros.
2.     Contemplaremos si se han cumplido los objetivos propuestos, y siempre intentaremos, como si es la respuesta afirmativa o negativa, averiguar el por qué a través de nuestro alumnado.
3.     No todas las actividades tienen que gustar, pero si saber que les ha parecido a los estudiantes que la realicen, por lo que deberemos preguntarles por ello, además de si les pareció complicada, fácil y, de nuevo, el por qué de estas respuestas. De igual manera, evaluaremos motivaciones y capacidades, para poder averiguar si vamos por buen camino.
4.     Intentaremos guiar a los niños hacia los objetivos planteados inicialmente, preguntándoles que creen haber aprendido con la actividad. Si la actividad no les resulta significativa, no será útil para ellos. Este punto también puede ser planteado al inicio de la sesión, explicándoles lo que pretendemos trabajar con la realización de la tarea.


Una vez presentado el esquema a seguir, procedo a la presentación de las actividades planteadas para trabajar la ortografía y semántica en alumnos de Educación Primaria:



ACTIVIDAD DE ORTOGRAFÍA

La actividad que he decidido seleccionar para trabajar la ortografía se llama “Bingo ortográfico”, y como su propio nombre indica, consiste en jugar al bingo, pero en lugar de con números, se utilizarán palabras. Antes de comenzar, se dará tiempo a los niños para que escriban en una tarjeta 20 palabras, colocándolas en 5 filas y 4 columnas, siguiendo una regla ortográfica abordada en sesiones anteriores. El profesor irá diciendo palabras al azar que incluyan tal regla, y el alumno que tache todas las palabras que el docente pronuncie, coincidiendo con las de su cartón, ganará.

A la hora de escoger un curso, prácticamente cualquier ciclo nos valdría para esta actividad, pero siendo un poco más concretos, sería mucho más eficiente en 2º y 3º ciclo debido a que existen una mayor cantidad de contenidos y reglas ortográficas en su currículo, por lo que podríamos trabajar con más cantidad de palabras y, por consiguiente, desarrollar en mayor grado la ortografía.

El curso con el que desarrollaría la actividad sería 4º de Educación Primaria, comprendidos entre los 9 y 10 años, ya que, al encontrarse en la etapa de las Operaciones Concretas, habrán desarrollado su lógica para llegar a conclusiones válidas a partir de conocimientos previos, empezando a utilizar un pensamiento ligeramente más deductivo a partir de sus experiencias vividas, pudiendo rememorar contenidos anteriormente vistos y, por lo tanto, pudiendo recordar las clases de palabras y/o reglas ortográficas estudiadas para hallar la forma correcta de escribir una palabra que desconocen, utilizando para ello la ruta fonológica.

Además, a esta edad tienen un pensamiento más flexible, por lo que su lenguaje y vocabulario amplía considerablemente en función de la información cultural que el niño recibe, por lo que cualquier tipo de estimulación que reciba será beneficiosa, siempre y cuando sea de la manera adecuada.

En relación con el currículo de Educación Primaria y consultando el BOCM, en este curso, y refiriéndonos a aspectos puramente ortográficos, se comienzan a tocar reglas de acentuación, comenzando a distinguir las sílabas tónicas de cada palabra, así como clasificar éstas según el número de sílabas y el lugar que ocupe, comenzando a clasificar y reconocer las palabras según su acentuación y lugar que ocupe la tilde.

Siguiendo el esquema de proceso de trabajo, la actividad se plantearía de la siguiente manera:

- Preparación:
1.     Objetivos específicos:
a.     Saber utilizar correctamente determinadas reglas ortográficas.
b.     Identificar las sílabas que componen las palabras, acentuándolas si es debido.

2.     Material:
Para esta actividad, el único material necesario serán los propios cartones que se utilizarán para desarrollar el bingo. Para ello, crearemos una plantilla en Excel o Word e imprimiremos tantas copias como necesitemos. Cada alumno necesitará un bolígrafo con el que escribir la palabra en el cartón.

3.     Forma de ponerla en práctica:
La manera de llevar a cabo la actividad será utilizando todo lo enseñado en clases anteriores, utilizando los conocimientos adquiridos en las sesiones pasadas, de manera que los alumnos puedan recordar las reglas ortográficas y palabras aprendidas.
Se trabajará individualmente, y apoyaremos la motivación en realizar un juego en el que involucramos al azar, algo muy atractivo y entretenido.
La actividad la realizaremos siempre al iniciar la sesión, para tratar de centrar la atención de nuestro alumnado para que, una vez acabada la actividad, podamos aprovechar esta concentración para la adquisición de nuevos contenidos teóricos.

- Puesta en práctica:
1.     Activar conocimientos previos y partir de una evaluación inicial:
Esta evaluación inicial podremos ir haciéndola diariamente en clase, fijándonos en sus cuadernos de trabajo y en sus aportaciones, además tendremos que tener en cuenta palabras que nosotros sepamos que siempre cuesta escribirlas bien, ya que el alumnado lo manifiesta diariamente o realiza preguntas sobre su ortografía. También, podremos hacer un dictado inicial en el que incluir las reglas ortográficas que quedamos trabajar, de manera que obtengamos una prueba física que poder estudiar y ver en que factores incidir más la atención.

2.     Explicación de la actividad.
Como se ha citado anteriormente, realizaremos un bingo ortográfico, por lo que lo primero que debemos realizar es una presentación del juego.
Antes de definirlo, preguntaremos a nuestros alumnos si alguno sabe qué es el bingo y si han jugado alguna vez, dando la oportunidad a ellos mismos de explicar sus reglas y formas de ganar. Si ningún alumno hubiera jugado, procederíamos a explicarlo nosotros.
Después, les explicaríamos la forma de jugar, entregándoles los cartones y especificando que tienen que rellenar las 10-20 casillas (dependiendo del curso) con palabras, siguiendo todas ellas una determinada regla ortográfica que más tarde indicaríamos, como, por ejemplo, pudiera ser, las palabras esdrújulas. Todas las palabras que enuncie el docente deberán ser palabras estudiadas o vistas en clase, con la intención de que los alumnos recuerdes lo previamente estudiado, a la vez que interiorizan los distintos aprendizajes. También podrían ser repasadas las reglas ortográficas previamente a la actividad, o el mismo día de la clase, dedicar unos minutos a comentar conocimientos previos sobre las palabras y reglas elegidas.
La forma de jugar será que, el docente, irá pronunciando distintas palabras de esta clase, y los alumnos, si coincide la que dice con la que tiene escrita él en su cartón, deberá tacharla.
El alumno que consiga tachar todas el primero, conseguirá ganar. Pero los alumnos que consigan individualmente palabras que haya dicho, aunque no consigan todas, conseguirán un punto por palabra acertada, de manera que la motivación estará presente durante todo el juego, y la diversión, inmersa en el placer e intriga de saber que palabra desvelará el maestro.
Una vez hayamos conseguido un ganador, todos los cartones serán recogidos por el docente para su posterior evaluación y estudio, pudiendo revisar si respetaron la ortografía, y utilizar palabras que hayan salido y que resulten más complicadas para futuras partidas o actividades.

3.     Ejemplificar:
Siempre, sin ningún tipo de excepción, deberemos ejemplificar a nuestros alumnos el cómo realizar la actividad. Un ejemplo de lo que podríamos enseñarles es el siguiente:



Es muy probable, que inicialmente les cueste rellenar todos los huecos del cartón, por lo que podremos iniciar la actividad con una cuadrícula de 10 casillas únicamente, e ir aumentándolo según vayan mejorando.

4.     Ejecutar la actividad: dejaremos por lo menos 5 minutos para que los niños piensen y recuerden palabras con la regla ortográfica elegida. Mientras ellos ejecutan la actividad, nosotros, además de ser quien diga las palabras, estaremos observando temas actitudinales, y mantendremos una figura de mediador y guías de la actividad, respondiendo sus dudas, pero siempre intentando indicarles el camino de tal manera que consigan llegar ellos mismos a la solución de su conflicto. Además, el docente actuará como juez ya que, si alguno levanta la mano, indicando que a logrado tachar todas las palabras, será quién vaya a corroborarlo y decir si realmente es el ganador o no.

- Evaluación:
Después de realizar la actividad, llega la hora de evaluarla. Cómo únicamente existirá una respuesta correcta (una por cada palabra del cartón), anotaremos las palabras que vayan diciéndose en la pizarra, de manera que puedan verlas en todo momento y favorecer su interiorización a través de la memoria visual. Esto no se realiza en el bingo real, en el que tienes que estar atento de lo que se dice, pero al estar viéndolas continuamente, puede favorecer mucho a que ellos mismos se hagan partícipes de sus errores y puedan corregir sus fallos, adquiriendo de esta forma la correcta y adecuada ortografía de las palabras utilizadas, además de aprender otras muchas si no han escrito esas.
Una vez terminado el juego, procederemos al conteo de puntos, haya habido o no un ganador, y animaremos a todos a seguir mejorando.

Por otra parte, deberemos dedicar parte de la evaluación a compartir estrategias, pues algunos alumnos habrán adquirido las estrategias ortográficas, pero otros no, muy influenciado por el proceso mental utilizado para conseguir los objetivos. Realizando este compartir estrategias favoreceremos a que los alumnos más “aventajados”, puedan exponer como llegan a sus ideas/palabras, pudiendo servirles como ejemplo y referente al resto de alumnos, y utilizando estas estrategias en actividades posteriores, mejorando considerablemente.

Además, con todas las palabras difíciles que veamos que cuesten más a nuestro alumnado, podremos componer entre todos una bolsa de palabras difíciles, las cuales pasaremos a limpio y colgaremos en el rincón de las palabras, donde todos puedan verlas para ir interiorizándolas poco a poco.

También deberemos indagar sobre si la actividad les ha resultado complicada o sencilla, y si les ha gustado o no, preguntando el por qué de estas respuestas. Toda esta información sacada directamente de nuestros alumnos será de gran valor a la hora de conocer sus motivaciones y gustos, para crear o diseñar nuevas y futuras actividades.

Así mismo, deberemos preguntarles sobre qué es lo que han aprendido con la actividad, lo que hemos repasado y trabajado realizándola, concluyendo y dándonos cuenta de si realmente los objetivos específicos que planteamos fueron cumplidos o no. Una actividad es realmente valiosa cuando cumple los objetivos planteados, siendo la mejor motivación de todas la funcionalidad y utilidad. Todas sus aportaciones serán escuchadas, y si alguna necesita alguna aclaración, se realizará, pudiendo completarla y explicarles lo que pretendíamos a través de ella.



ACTIVIDAD DE SEMÁNTICA

La actividad que he seleccionado para trabajar la semántica en el aula es conocida como “La palabra viva”, y consiste en adivinar una palabra través de la mímica. He decidido escoger esta actividad porque no solamente se trabajaría la semántica, sino también potenciaríamos el uso del lenguaje no verbal y la expresión corporal, igual de necesarias que otras habilidades comunicativas.

He decidido llevar esta actividad a alumnos de 5º de Primaria. Al igual que los alumnos de 4º, están en la etapa de las Operaciones Concretas, los niños consolidan el pensamiento lógico-concreto y, en consecuencia, todas las adquisiciones características del mismo. También, la sistematización de este tipo de pensamiento les permite actuar mentalmente de forma más segura, rápida y eficaz, por lo que desembocará al mismo tiempo en una capacidad de análisis y síntesis mucho más avanzada. Esta capacidad de síntesis les permitirá obtener las características más importantes de los contenidos que se les presente, abriéndose paso hacia el pensamiento abstracto y lógica formal.

Al desarrollar todas estas características, serán capaces de realizar hipótesis previas ante ciertos estímulos presentados, empleando distintos procedimientos para resolver sus interrogantes…al mismo tiempo que su vocabulario aumentará cada día más, adquiriendo progresivamente una riqueza y variedad léxica… aspectos que les servirán para poder descubrir la palabra oculta de la actividad planteada.

Relacionando el curso y la actividad con el currículo de Educación Primaria y consultado el BOCM, en este curso, se amplia en vocabulario notablemente a través de las distintas palabras que van a apareciendo, y se produce una inferencia del significado de las mismas a través de los distintos contextos. Al mismo tiempo, se refuerzan conceptos y reglas ortográficas ya tocadas en cursos pasados, como pudieran ser la clasificación de palabras según su acentuación, palabras homónimas, y también nuevos conceptos como los diptongos y hiatos, la correcta ortografía de verbos irregulares y las reglas de acentuación de interrogativos y exclamativos.

Siguiendo el esquema de proceso de trabajo, la actividad se plantearía de la siguiente manera:

- Preparación:
1.     Objetivos específicos:
a.     Reconocer el significado y ortografía de distintas palabras estudiadas en clase.
b.     Trasmitir una idea a partir de gestos o señas, utilizando el lenguaje no verbal.

2.     Material:
Los materiales necesarios para desarrollar esta actividad serían distintas y numerosas tarjetas con palabras, una caja de cartón, unas cuartillas plastificadas (al menos una para cada alumno de la clase), rotuladores velleda y papel higiénico con lo que limpiar la tinta del rotulador.

3.     Forma de ponerla en práctica:
Para poner en práctica la actividad, previamente deberíamos seleccionar gran cantidad de palabras vistas en clase. Para ello, según fueran pasando las sesiones, tendríamos que ir acumulando distintas palabras y buscar su significando, acción que realizarían los propios alumnos con ayuda del diccionario y las TICs.
La actividad se realizaría, en un principio, individualmente, aunque podría trabajarse en pequeño grupo también, y se realizaría al final de la clase, ya que realizarla al inicio podría alborotar demasiado al alumnado.
La actividad la realizaremos una vez por semana, evitando de esta manera la rutina y no perdiendo la motivación, interés y carácter lúdico por realizarla, pudiendo de esta manera convertirse en una más.

- Puesta en práctica:
1.     Activar conocimientos previos y partir de una evaluación inicial:
Esta evaluación inicial podremos ir haciéndola diariamente en clase, fijándonos en sus cuadernos de trabajo, en sus aportaciones y dándonos cuenta de lo que más flaquean al realizar distintas actividades, además tendremos que tener en cuenta palabras que nosotros sepamos que siempre les cuesta entender bien.

2.     Explicación de la actividad.
La actividad consiste en adivinar una palabra a través de su significado, pero esta es la idea original, y vamos a añadirla un par de retoques.
La actividad partirá de recoger distintas palabras que a nuestros alumnos les cuesten especialmente entenderlas, escribirlas o utilizarlas en distintos contextos, por lo que una vez recogidas gran cantidad de ellas, procederemos a crear unas tarjetas con las palabras elegidas.
El modo de realizar la actividad empezará con elegir a un alumno, al azar o realizando un mini sorteo, y posteriormente irá saliendo quien acierte la palabra, o también estipulando un criterio como pudiera ser el orden de lista, para evitar confrontaciones y comentarios del tipo “es que Fulanito sale siempre”.
Una vez tengamos a nuestro mimo, le diremos que introduzca la mano en una caja de cartón donde se encuentren las tarjetas, debiendo sacar únicamente una de ellas.
Al haber tenido que buscar todos ellos el significado de estas palabras, deberían reconocer la palabra y saber lo que es. De no ser así, le diremos, susurrándola para que el resto no pueda oírlo, una oración en que la se incluya la palabra, de manera que pueda inferir su significado a partir del contexto, si aún si no lo lograra, le diremos su significado para que pueda representarla.
Una vez reconocida la palabra, procederá a realizar distintos gestos con los que sus compañeros deberían adivinar la palabra que ha leído.
Sus compañeros, tendrán que escribir esta palabra en su tarjeta plastificada con los rotuladores velleda, y una vez escrita deberán levantar su mano. Utilizando este tipo de útil, estaremos trabajando conjuntamente la habilidad grafomotora, debiendo controlar su presión para no despuntar el rotulador.
El profesor deberá estar pendiente de quién es el primero que levanta la mano para dar la oportunidad a este alumno de desvelar el misterio. El alumno que tenga la posibilidad de decir la palabra, si acierta, tendría también que introducir esta palabra dentro de un contexto, como pudiera ser una frase, ya que al tocarse palabras homófonas en 5º de Primaria, podría darse el caso de que lo que ha escrito tuviera otro significado.
Si algún alumno dijera la palabra en voz alta sin respetar las reglas del juego, se quedará un turno sin jugar, y perderá los puntos que podría haber ganado, ya que, si eres el primero en adivinar la palabra y la tienes bien escrita, recibirás 10 puntos; si tienes la palabra bien escrita, pero la han dicho antes que tu, recibirás 5 puntos, y si tienes la palabra, pero mal escrita, recibirás 2 puntos. Mediante esta gamificación lograremos que mantengan el orden y el cumplimiento de las normas del juego.
Además, una vez haya sido desvelada la palabra, será escrita en la pizarra para que todos puedan ver su ortografía. En muchas ocasiones, los alumnos se habrán olvidado de su significado aun conociendo la palabra, simplemente por oírla repetidamente, por lo que preguntaremos al resto de alumnos que quién podría decir su significado y también introducirla dentro de un contexto, favoreciendo las distintas adquisiciones de la semántica de esta palabra en el momento, mientras la ve escrita en la pizarra, favoreciendo la captación y asimilación visual de su ortografía.

3.     Ejemplificar:
Siempre, sin ningún tipo de excepción, deberemos ejemplificar a nuestros alumnos el cómo realizar la actividad. La manera de realizarlo con esta actividad será que el propio profesor haga varias demostraciones del juego, por lo que, la parte motivacional estará absolutamente ganada al ver a su maestro haciendo el “bobo”, cosa que a muchos nos encanta hacer. Utilizaremos palabras fáciles de desvelar para que comprendan la intención de la actividad.

4.     Ejecutar la actividad:
Una vez seleccionado el alumno, éste deberá coger la tarjeta, y dejaremos un máximo de 30 segundos para que piense en cómo va a representar su palabra. Los demás alumnos apuntarán la respuesta y levantarán la mano.
Nuestra función en esta actividad será la de supervisar la correcta ortografía, facilitándolo al levantar el cartón todos los concursantes. Esta manera tan rudimentaria de hacerlo, “con papel y boli”, podría sustituirse por métodos más actuales gracias a las TICs, siempre y cuando dispusiéramos de ello.
También deberíamos estar atentos a que nadie hace falta y a dar el turno de palabra al alumnado.
Todas las aportaciones que hagamos deberían ser como guía y mediador, nunca autoritario, a no ser que fuera absolutamente necesario porque la clase se estuviera descontrolando, pudiendo incluso dar por finalizado el juego.

- Evaluación:
Esta actividad sería evaluada en el momento, al ver las distintas contestaciones, ortografía, y contextualización de las palabras.
También evaluaríamos la actitud de los niños al realizar la actividad, y deberíamos estar muy pendientes de si alguien nunca escribe bien las palabras, no sabe contextualizarlas, o simplemente, nunca acierta nada, ya que podría o estar pasando de la actividad, o presentar algún retraso en cuando a este aspecto lingüístico.
Por otro lado, el docente deberá ir realizando un conteo de los puntos y finalmente, mencionar un ganador, animando a todos a seguir participando y mejorando.

Del mismo modo que con las actividades de ortografía, dedicaremos una parte de la evaluación a compartir estrategias, exponiendo como llegan a sus ideas/palabras, pudiendo servirles como ejemplo y referente al resto de alumnos, y utilizando estas estrategias en actividades posteriores, mejorando considerablemente.

Con todas las palabras que cuesten trabajo, podremos diseñar un cuaderno tipo “Semáforo”, en el que tendrán que anotar, dependiendo de su dificultad, las palabras en los distintos colores del cuaderno, para progresivamente ir adquiriéndolas y sacarlas del color rojo (difícil), y pasarlas al color verde (aprendidas y comprendidas), hasta conseguir que todas las que anote cada alumno estén en esta sección del cuaderno.

También deberemos indagar sobre si la actividad les ha resultado complicada o sencilla, y si les ha gustado o no, preguntando el por qué de estas respuestas. Toda esta información sacada directamente de nuestros alumnos será de gran valor a la hora de conocer sus motivaciones y gustos, para crear o diseñar nuevas y futuras actividades.

Así mismo, deberemos preguntarles sobre qué es lo que han aprendido con la actividad, lo que hemos repasado y trabajado realizándola, concluyendo y dándonos cuenta de si realmente los objetivos específicos que planteamos fueron cumplidos o no. Una actividad es realmente valiosa cuando cumple los objetivos planteados, siendo la mejor motivación de todas las funcionalidad y utilidad. Todas sus aportaciones serán escuchadas, y si alguna necesita alguna aclaración, se realizará, pudiendo completarla y explicarles lo que pretendíamos a través de ella.



CONCLUSIÓN

Una vez más se nos vuelve a proponer un reto, una oportunidad de formación para nuestro futuro docente, a través de la realización de una actividad práctica que podríamos desarrollar en cualquier aula de Primaria. De nuevo se nos pone en las manos la posibilidad de crecer en recursos y habilidades para conseguir nuestro fin último, la educación integral de los que serán la sociedad del futuro.

Como llevamos comprobando durante todo este curso, nuestra labor docente debe estar dirigida, entre otros muchos objetivos, a abordar adecuadamente y cuanto se debe las estrategias mentales que se debe enseñar a nuestro alumnado, dejando un poco de lado la tradicional premisa de aprender teoría pura y dura. De esta manera, trastocaremos su pensamiento metacognitivo y conseguiremos, en pocas palabras, hacerles pensar para que aprendan realmente los distintos contenidos y competencias educativas básicas.

En a penas poco más de un año, seremos personas con una titulación en Magisterio, convirtiéndonos en maestros, más o menos formados, pero maestros. Por ello, tenemos que empezar a cambiar nuestra mentalidad (si no lo hemos hecho ya), y estar decididos a crecer intelectual y actitudinalmente, estar abiertos al cambio y la mejora, especialmente a estar llenos de energía y de motivación por enseñar, pues sin motivación no existirá una voluntad que nos lleve y guíe a seguir creciendo como maestros y personas.

Algo que llevo aprendiendo con las asignaturas de Literatura y Didáctica de la Lengua, es que debemos tener muy presente el trabajar y desarrollar actividades siempre con un sentido y para algo, con una finalidad y utilidad, para alcanzar los objetivos que deseemos a través de esa puesta en práctica de contenidos. Todo esto está muy relacionado con la Zona de Desarrollo Próximo que enunciaba Vygotsky, ya que no tenemos que ofertarles todo masticado a nuestros alumnos, sino lo contrario, debemos tratar de conseguir darles lo justo y que ellos consigan llegar al máximo, gracias a una acción educativa de guía y mediador cognitivo, presentándoles los distintos contenidos de manera que ellos mismos reflexionen, logren los objetivos y avancen a partir de lo que sugiera el docente.

Tal y como citan Gabarró y Puigarnau, todo ejercicio educativo debe lograr los objetivos para los que fue creado, y se ve imprescindible un intento y logro de una nueva práctica educativa para conseguir los objetivos deseados, para lo que es absolutamente necesario la implicación y reflexión del mundo docente. Utilizar actividades que han dado buenos resultados, que son divertidas y encima motivan a los alumnos, al igual que disponer de distintas alternativas útiles y productivas, permitirá evitar problemas en su aprendizaje y mejorar la práctica educativa diaria, por lo que ser conscientes de ellas, desencadenará conseguir un correcto desarrollo lingüístico (y cognitivo) en nuestro alumnado.

Por otra parte, el hecho de compartir con nuestros alumnos los distintos objetivos que deseamos conseguir y las estrategias llevabas a cabo por ellos mismos, el poder hablar sobre sus mecanismos metacognitivos, facilitará su adquisición, de la misma manera que aumentaremos su esfuerzo y motivación, considerándose valorados y mostrando distintos tipos de ayuda, desembocando en una realización de las tareas más fácil, lúdica y atractiva, al mismo tiempo que nosotros como docentes también disfrutemos desarrollándola.

También creo necesario recordar, como ya hemos visto en el anterior y en el presente bloque, que las competencias lingüísticas son transversales, por ello en este caso, la ortografía y semántica deben ser trabajadas y valoradas interdisciplinarmente, por lo que toda persona involucrada en la formación y educación de un niño, debe implicarse en su máximo desarrollo.

 Por último, me gustaría hacer referencia a la gran importancia que tenemos como educadores, especialmente en lo referido al modelo verbal que mostremos a nuestro alumnado, al como hablar dentro de un aula. Debemos ser especialmente cuidadosos con la elección de los términos léxicos que usemos, ya que nuestros alumnos serán esponjas que se fijen y absorban todo lo que les llegue, pues somos un referente, un ejemplo para ellos, y todo lo que vean de nosotros, lo adquirirán para ellos también, así que tratemos que sea lo más positivo y correcto posible.



BIBLIOGRAFÍA / WEBGRAFÍA

Labajo, I. (2018). Didáctica de la Lengua Española. Madrid. CSEU La Salle.

Gabarró D, y Puigarnau D. (s.f.). Nuevas estrategias para la enseñanza de la ortografía. En el marco de la Programación Neurolingüística (PNL). Ediciones Aljibe S.L.

Baralo, M (2000). La construcción del lexicón mental en español: Transferencia y construcción creativa. Asele. Centro Virtual Cervantes. Recuperado de: https://cvc.cervantes.es/ensenanza/biblioteca_ele/asele/pdf/11/11_0165.pdf

W. Santrock, J. (2006). Teorías del desarrollo. Psicología de la educación. 2 (34-45).

Alcoba, J. (2017). Apuntes Aprendizaje y Desarrollo Infantil II. Bloque II.

Román, Mª.J. (2018). El desarrollo del lenguaje en Educación Primaria. Campus Educación. Recuperado de: https://www.campuseducacion.com/cursodemo/ludicasU01_A05.html

Boletín Oficial de la Comunidad de Madrid (2014). Lengua Castellana y Literatura (39-43). Recuperado de: https://www.bocm.es/boletin/CM_Orden_BOCM/2014/07/25/BOCM-20140725-1.PDF

4 comentarios:

  1. ¡Hola Jorge!

    Me ha gustado mucho tu publicación. La verdad es que me ha costado mucho encontrar alguna pega porque en general es un trabajo perfecto.

    Te voy a dar algunas mejoras pequeñas que hacer para que quede aún mejor. En primer lugar (una pequeña bobada), revisa la ortografía de algunas palabras, porque se te han "colado" algunas, y en un trabajo como este en el que se trata la ortografía, estaría bien revisarlo. ;)

    En cuanto a tus actividades, me han parecido perfectas para realizar con los alumnos. Los cambios que has hecho me han parecido muy adecuados y las edades que has escogido son perfectas para que las actividades transcurran adecuadamente. Como mejoras, te diría que a la hora de escoger el curso nombraras cuales son los objetivos del BOCM o del BOE que has seleccionado. Es decir, señálalos con comillas o pon simplemente de que documento los has sacado.

    En tu actividad de ortografía, cuando dices que antes de definir la actividad les preguntarás si conocen el juego del bingo, esa parte personalmente la pondría en el apartado de conocimientos previos, ya que al fin y al cabo son una especie de conocimientos previos.

    En la actividad de semántica, cuando dices que vas a realizar la actividad al final de clase, creo que esta muy acertado, pero incluso añadiría que la realizaría al final de la jornada escolar, ya que de esta manera no se les haría pesada ni aburrida. Otra cosa que quizá podrías cambiar de esta actividad es el hecho de que la realices en todas las clases. Creo que si haces esto se perdería la motivación porque la actividad pasaría a ser una más y al fin se les haría aburrida por el hecho de repetirla tantas veces. Digamos que perdería su carácter lúdico.

    A parte de esto, repetirte que tu entrada está genial, sobre todo tu introducción que cubre perfectamente toda la teoría que hemos visto en clase, ademas de haber aportado fuentes externas sobre el desarrollo del niño ayudándote del Santrock.

    Espero haberte ayudado.
    Un saludo

    ResponderEliminar
  2. Hola Soff,

    Gracias por ser una de las pocas valientes (una vez más) que se adentran en mi blog y comentan, se agradece enormemente.

    Las correcciones ortográficas están hechas, se me ha pasado leerlo en voz alta, ya sabes….jajajaj =), espero que no se me haya colado ninguna otra.

    En relación con lo que me pones del BOCM, los contenidos están citados, lo único que los he puesto dándoles un enfoque más personal y que encajaran mejor con todo el conjunto del documento, en lugar de ponerlos tal cual, de ahí que no los haya numerado ni entrecomillado, y creo que lo voy a dejar así. Si que he añadido y se me había olvidado completamente citar en la bibliografía este documento, así que de nuevo muchas gracias.

    Personalmente lo de incluir la posible explicación por parte del alumnado en los conocimientos previos, no lo veo como tú, ya que realmente forma parte de la actividad en sí, de su explicación, no tanto de la activación de conocimientos previos, más dedicado a recordar y repasar todo lo relacionado con la ortografía que abordará la actividad. Pero agradezco mucho tu propuesta.

    En cuanto al resto de aportaciones de mejora de las actividades, dicho y hecho, mil gracias, me han parecido bastante acertadas. Veremos a ver que nos dice Irune al respecto.

    Un besotee.

    ResponderEliminar
  3. Perfecto, Jorge. Un trabajo excelente.

    ResponderEliminar