domingo, 7 de abril de 2019

COMUNICACIÓN ESCRITA: LA ESCRITURA






INTRODUCCIÓN

Como se citó en el bloque anterior, la misión principal de esta área curricular es conocer, como futuros maestros, la manera adecuada de saber trabajar, fomentar y enseñar a desarrollar la competencia comunicativa, compuesta por las cuatro habilidades lingüísticas básicas: hablar, escuchar, leer y escribir.

Tratadas en los bloques anteriores la expresión y comprensión oral, englobándose en su contenido el hablar y escuchar; y también la lectura, descubriendo los distintos métodos para aprender-enseñar a leer y los diferentes tipos de lectura que existen; es hora de hacer referencia a la esperada escritura.

Pero antes de entrar en materia, debería hacer alusión y explicación a que, el orden seguido para trastocar los diferentes bloques y sus respectivas destrezas comunicativas, viene fundamentado porque el lenguaje hablado es la base de la lectura, abordada en el bloque anterior, y de la escritura, que abordaremos en la presente entrada.

Para empezar, deberemos distinguir entre dos conceptos muy presentes en el ámbito de la comunicación escrita. Por un lado, el término escritura es el proceso por el que se pasa de la posesión interna de un concepto, idea o pensamiento a la transformación de ese concepto, idea o pensamiento mediante una codificación de símbolos gráficos, con intención comunicativa. Los procesos generales llevados a cabo durante la escritura originan la producción de palabras y la creación de textos con una finalidad comunicativa. Por otro lado, debemos definir con la misma importancia que el término escritura a la grafomotricidad, siendo esta utilizada únicamente en la escritura manuscrita y, por tanto, definiéndose como un control motor asociado a la grafía, que implica direccionalidad, tono muscular, coordinación visomotora y ubicación espacial (Labajo, I, 2019). En resumen, la grafomotricidad sería el movimiento que realizamos y la propia escritura, el resultado.

Por consiguiente, escribir es un proceso y tenemos que hacer conscientes de ello a los estudiantes. Para ello, es necesario saber para qué y para quién se escribe, y sobre qué se quiere escribir, es decir, el escritor se sitúa en relación con el contexto entendido como ámbito de comunicación. La planificación, selección de contenidos, organización del texto, y de la adecuación a los destinatarios se hará de acuerdo con lo que se proponga, surgiendo de esta manera la intención y finalidad comunicativa.  Otro aspecto que interviene es la interacción oral, siendo un instrumento imprescindible para aprender a escribir. En estas situaciones de interacción oral, los alumnos utilizan el lenguaje para hablar de los textos que producen, es decir, están usando la lengua en su función metalingüística (Camps, A). La única forma de aprender de verdad es creando conflictos cognitivos, surgiéndose la necesidad de resolverlos y sepan explicar el porqué y cómo pueden ser resueltos, de aquí la importancia del intercambio comunicativo entre personas, dando origen a una figura de mediador entre las relaciones sociales, en este caso, el docente.

Al igual que en la competencia lectora, en la escrita también existen distintos métodos para adquirir y aprender dicha competencia.

En los métodos de escritura sintéticos, se parte del código para llegar a la comunicación, priorizándose el código sobre el objetivo de la escritura. Al contrario, los métodos analíticos, parten de la comunicación para llegar al código, por lo que respetan el momento evolutivo, siendo los métodos que más se adecuan y adaptan al desarrollo y evolución natural del niño.

Al mismo tiempo, los métodos de base constructivista, relacionan íntimamente la lectura con la escritura, tratan de motivar al alumno para que lo haga por sí mismo, apoyándose en los siguientes momentos (Labajo, I. 2019):
·       Aproximación global al lenguaje escrito: tener la oportunidad de tomar contacto en forma natural con el lenguaje escrito, reconociéndolo de forma ideovisual.
·       Enfrentamiento analítico con material escrito: tomar contacto con materiales variados, y estableciendo su análisis y comparación para descubrir criterios desde los cuales entender la escritura. Por esta razón es tan importante ofrecerles alfabetos con distintas tipografías.
·       Leer y compartir significados: conversar acerca del significado de lo leído, discutiendo diferentes interpretaciones y recurriendo al texto en caso de dudas, para llegar a acuerdos.
·       Escritura espontánea: hacer uso de lo que saben del lenguaje escrito, como puedan y cuando lo sientan necesario o funcional, produciendo diversidad de escritos en forma libre, de acuerdo al contexto o situación de aprendizaje.

Por todo lo citado hasta el momento, como ocurría en la escritura, es de suma importancia conocer y descubrir por que método aprendieron a escribir nuestros alumnos en relación con la motricidad y la comunicación escrita y, de esta manera, poder potenciar aquellos aspectos en los que carezcan más.

Del mismo modo, podríamos enunciar que la forma de comunicación escrita no es connatural, por lo que debemos aprenderla y que se nos sea enseñada, siendo este un proceso lento y complejo que debe iniciarse a edades tempranas, y para adquirir su dominio, deben darse progresivas adquisiciones en el plano motor, cognitivo, afectivo y social. La escritura, además, nos permite conservar algo en la memoria, para que no caigan en el olvido, al mismo tiempo que nos posibilita una comunicación diferida en otro espacio y medio.

Aprendemos a escribir debido al origen y necesidad de la intención comunicativa, necesaria y fundamental para poder comunicarnos, hay que querer comunicar algo para poder decirlo. Por esta razón es por la que los modelos constructivistas son los más adecuados, porque se enseña a escribir para comunicar lo que los aprendices quieren comunicar.


Comentado todo el “marco teórico” relacionado con el tema a tratar, es hora de centrarnos un poco más en esta competencia, y concretamente, en la grafomotricidad. Como decíamos, la grafomotricidad hace referencia al movimiento que realizamos al escribir. Durante su aprendizaje y perfeccionamiento, intervienen 3 factores distintos que es necesario enunciar (Labajo, I. 2019):

·       Factores físico-fisiológicos: relacionados con los niveles de desarrollo tanto generales (regulación tónico postural y kinésico) como específicos (psicomotricidad fina). Debemos respetar la maduración progresiva de los movimientos fundamentales y accesorios, y trabajar la fuerza, tono, movimientos y velocidad del trazo.

·       Factores psíquico-cognitivos: el nivel de desarrollo intelectual y de lenguaje interviene en la simbolización y en la correspondencia entre sonidos y grafemas, a partir de los fonemas, favoreciéndose la copia y autonomía en los tratos y la correcta realización de las grafías. La organización del pensamiento es de gran importancia, afectividad y motricidad se integran entre sí.

·       Factores socioculturales: tener en cuenta el tipo de letra usada en el ámbito social que rodea al niño, siendo la letra de imprenta la dominante en la experiencia infantil.

Una vez remarcado el término grafomotricidad, sus distintas características y los factores que intervienen en su desarrollo y perfeccionamiento, debemos hacer especial mención a la caligrafía, pudiéndola definir como “una proyección de la grafomotricidad”, en la que interviene escribir con una letra bonita y que caracteriza a una persona, pudiendo ser vista como una carta de presentación, una habilidad que puede decir mucho de la persona que la realice.

Tanto en la grafomotricidad como en la caligrafía, intervienen distintos aspectos básicos que son imprescindibles resaltar, tales como:
! Postura y hábitos: el escritor deberá permanecer en una posición cómoda y respetando la morfología natural del cuerpo, utilizando un mobiliario adaptado a su tamaño, para favorecer una correcta posición de los útiles, colocación postural y movimientos.
! Movimiento gráfico: es un desarrollo kinestésico (a través del tacto), realizándose movimientos de avance de izquierda derecha del papel y a movimientos de inscripción durante el trazo de las letras.
! Presión: debe ser relajada, sin hacer demasiada fuerza, para evitar posibles lesiones musculares. Para ello deben utilizarse distintos útiles y trabajar el control de la presión. El agarre del útil deberá corregirse siempre y cuando pueda afectar muscularmente al alumnado.
! Velocidad: depende de la edad y el entrenamiento, orientación, forma, longitud de los trazos y el tipo de letra.
! Ritmo: depende del movimiento de los dedos, se mejora a través del entrenamiento.

De todo lo citado con anterioridad, surge el motivo principal de la actividad a realizar para este nuevo bloque, trabajar con tres alumnos de distintos cursos (2º, 4º y 6º de Educación Primaria), para mejorar su letra, consiguiendo que sea legible (pueda ser leída) para cualquier persona, tanto ellos como otras personas, logrando liberar el trazado de su caligrafía, dominar la dirección, y adaptar/organizar su escritura a la pauta establecida, alcanzando una buena grafomotricidad en nuestro alumnado. Por lo tanto, el objetivo principal de esta actividad es mejorar y desarrollar la grafomotricidad.

En esta ocasión, no es que no demos importancia a la expresión escrita y a la ortografía, sino que, para mejorar y reforzar una destreza, debemos entrenarla concreta y diariamente, trabajando y practicándola a través del modelado (copiado) de distintos tipos de oraciones y/o textos cortos. Para ello, se organizará la tarea utilizando diversos materiales (útil y soporte) para potenciar todos los aspectos y habilidades comprendidas en esta competencia, realizándose un trabajo mecánico diario con una duración de entre unos 5-15 minutos, hasta considerar que se ha producido un avance y mejora en su escritura.

Al mismo tiempo, a la hora de trabajar con alumnos con retraso escritor, deberemos tener en cuenta todos los procesos que forman parte de la escritura, tanto los psicocognitivos (lateralidad, percepción y discriminación visual, direccionalidad izquierda-derecha, coordinación viso-motriz y óculo-manual…), como motores (control tónico, capacidad de inhibición motriz, destreza manual y digital, presión correcta…), con el objetivo de conocer a la perfección en que momento se encuentra y poder focalizar y reforzar los aspectos en los que más dificultades tiene.

Algo que es sumamente relevante para realizar este tipo de actividades de refuerzo caligráfico, es el aspecto motivacional, el cómo vamos a animar y motivar al alumno para que realice sus tareas y no las interprete como unos deberes que tiene que hacer por obligación. Es por ello, por lo que tendremos que conocer bien a nuestro alumnado y apoyarnos en sus intereses para que, de ahí, surjan las ideas para llevar a cabo una temática en la tarea atractiva y con la que disfrute. Además, la mayor motivación que recibirá, será poder comprobar, pasado un tiempo, su propia evolución con respecto al punto de inicio, a través de unos deberes lógicos y con sentido.

Es importante que nuestro alumnado sea consciente y, si no, hacerles conscientes, de que todos somos distintos, y que absolutamente todo ser humano tiene unas habilidades y otras en las que se puede y debe mejorar, algo en lo que tienen que trabajar. Por esta razón, este alumnado con retraso escritor, no debe sentirse distinto ni discriminado por tener que trabajar más en este aspecto. Siempre que comuniquemos a cualquier alumno algo en lo que debe trabajar para mejorar, deberemos hacerlo desde el cariño y siendo respetuosos, para no afectar a su autoestima y, como consecuencia, perder las ganas de realizarlo por sentirse inferior al resto de compañeros. De esta forma, lograremos que el alumno se sienta apoyado y conseguiremos esa parte motivacional a través de continuos refuerzos positivos y de su propio conocimiento de automejora, trabajando la competencia de aprender a aprender, a través de un aprendizaje significativo para él.

Otro aspecto que deberemos tener muy en cuenta, es que las familias mantengan una colaboración constante y continuada durante todo el proceso de refuerzo, apoyando a su hijo, motivándole, animándole, revisando que realice la tarea…del mismo modo que, como pasaba con la competencia lectora, la escrita también es una competencia multidisciplinar, por lo que hacer conscientes a todo el equipo docente del retraso de este alumno y que todos funcionemos como uno mismo será de crucial relevancia para que consigamos la mejora y consecución del objetivo.

Una vez conocidos los distintos contenidos, conocimientos y aspectos tratados, procedo a mostrar las distintas actividades para mejorar la escritura:



2º DE PRIMARIA

Para empezar, los principales posibles problemas que puedan darse en un alumno a estas edades, suelen venir provocados por no haber interiorizado el trazado de algunas grafías durante el aprendizaje de la escritura en su etapa infantil, ocasionándose una mala letra.

Por ello, al identificar estos problemas, procederemos a tener una conversación en privado con el alumno para hacerle saber el retraso que tiene y transmitirle la importancia que tiene trabajar la caligrafía para un futuro, siempre siendo amables y con un trato cercano, comprensible y adecuado.

Como este pequeño retraso lo observaríamos nada más empezar el curso, podríamos hablar con el lo antes posible, y motivarle de manera que, debido a que las navidades estarían próximas, animarle a mejorar su grafomotricidad para de esta manera conseguir realizar una letra mucho mejor y más legible, con el objetivo de que la carta de los Reyes Magos pueda ser comprendida y los reyes sepan que es lo que quiere que le regalen.

Con esta intención, y basándonos en sus intereses, sabríamos que a este joven le entusiasma jugar al fútbol, y en especial, es un fiel seguidor del Real Madrid, por lo que aprovecharemos este aspecto para potenciar y apoyarnos al realizar las tareas diarias en ello, realizando distintas frases sobre datos anecdóticos de este equipo, relacionado con trofeos, jugadores, campeonatos, fichajes…

Antes de comenzar con la tarea, para asegurarnos de que la actividad no le llevará más de 10 o 15 minutos, haríamos una prueba con él para comprobar esto, debiendo realizar una de las planas con nosotros y, así, además podríamos comprobar si la fuente que hemos elegido se adecua a su grafomotricidad personal.

Por un lado, la fuente que usaríamos debería ser una letra ligada, ya que es lo que viene haciendo desde Educación Infantil, por lo que deberíamos continuarla al menos hasta asentar y solucionar los trazados en los que falla. Sin embargo, si desde Educación Infantil se ha trabajado con letra desligada, deberíamos continuar con este tipo de caligrafía, debiéndole ofrecer una tipografía distinta.

La letra, como ya hemos dicho, sería ligada para este caso, y la fuente que trabajaríamos sería tipo MeMima o Massallera, escogiendo definitivamente la Massallera debido a que no es tan redondeada como la MeMima y, además, comienza a separar algunas letras, no estando completamente unidas todas ellas, pudiendo en cursos superiores utilizar progresivamente una letra desligada y no costarle tanto interiorizar este tipo de grafía.

En cuanto al material a utilizar, usaríamos una plana de tamaño A5 tipo cuartilla, ya que resulta mucho más fácil de manipular para este alumnado debido a su tamaño y manejabilidad. Comenzaríamos con una pauta Montessori, utilizando inicialmente unos límites inferiores y superiores para marcar el límite de las letras, generándose un mayor control del trazo y trabajando el tamaño ideal de la caligrafía. Al utilizar esta pauta, deberemos indicarles concretamente cual es el espacio donde deben comenzar a escribir, ya que al presentarse 3 líneas, puede causar confusión. Posteriormente, podríamos quitar estas líneas limitantes y pasar a un papel pautado de doble línea.

El tipo de útil que usaríamos sería un lapicero tipo B o HB, ya que son útiles que nos dan continuidad y suavidad en el trazo, debido a que tienen una dureza media creando un trazo oscuro y grueso, siendo muy fáciles de borrar si hubiera equivocaciones. Si viéramos que el alumno en cuestión realizara demasiada presión, podríamos ofrecerle un rotulador tipo carioca para trabajar este exceso de fuerza en el trazado de su caligrafía, ya que, al apretar demasiado con un rotulador de este tipo, la punta se abre y desprende más tinta, llegando incluso a despuntarse y romperse.

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4º DE PRIMARIA

Las principales causas que puedan desembocar en un retraso grafomotor en un alumno de esta edad es el problema que origina el cambio de un útil a otro, en este caso, del lápiz al bolígrafo, con el que deberá ir familiarizándose pues será el material que utilizará el resto de su vida.

En cuanto a la motivación y explicación de su retraso escritor, lo llevaría al terreno de que, en muchas ocasiones, cuando trabaja cooperativamente con sus compañeros o corregimos en el aula, sus compañeros no pueden leer lo que ha escrito porque ni el mismo entiende su letra, originándose una gran necesidad de mejorarla cuanto antes. Por esto, deberemos trabajarla en casa un ratito todos los días y con esto conseguiremos que todo el mundo entienda su letra para que no vuelva a ocurrir esta situación.

Como este chico tiene mucha imaginación y le encantan los cuentos, plantearía un concurso de cuentos en nuestra aula, que podría ser trasladado a nivel de ciclo e incluso de centro. Por ello, necesitamos que, para que todo el mundo pueda leer sus cuentos, tenemos que entenderlos. Para ello, le daría pequeños cuentitos, poesías o trabalenguas, que puedan interesarle para que modele su escritura a través de su copiado. Los trabalenguas, por lo general, son muy cortos, por lo que podríamos entregarle varios para el mismo día, nunca superando los 10-15 minutos estipulados para la tarea.

En este momento evolutivo, tanto cognitivo como caligráfico, posibilitaríamos el dar a elegir al alumno cual sería la fuente que desea realizar, ya que su caligrafía está evolucionando y lentamente personalizándose, debiendo ofrecerle la opción de realizar una letra ligada y desligada. Este alumno ya poseería unos patrones gráficos de cada una de las letras, una forma de realizarlas, de escribirlas, por lo que las tipografías que le ofreceríamos deberían ser similares a la que realiza actualmente, para no romperle los esquemas que ya tiene interiorizados y poder deconstruir su propio y personal modo de escribir. De esta manera, conseguiremos que se deshaga de los malos hábitos, tales como la excesiva presión y movimientos gráficos que le dificulten, para lograr adquirir los nuevos a través del modelado de esta nueva y original tipografía. Entre las distintas tipografías, he decidido escoger Affectionally Yours, Abecedary, Belle Allure Script 2i o Chalkduster.

El material que utilizaríamos sería de tamaño A4, para que vaya familiarizándose con el soporte estándar, ofreciéndole una pauta Montessori cuadriculada, a modo de introducirle en este formato de cuadros pero lentamente, para que no existan confusiones al ver tanto cuadro junto. Posteriormente, procederíamos a entregarle una hoja cuadriculada completa, ya que este soporte podría ayudar a distribuir el tamaño de las letras y el espacio entre líneas en función de sus necesidades, pues es a estas edades cuando la capacidad de dominar el espacio gráfico es mayor, ampliándose el contenido de las tareas a realizar y necesitando, por consiguiente, más espacio donde poder escribir. Si viéramos que el alumno avanza con rapidez, podríamos introducirle hojas de una sola línea.



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Por otro lado, también le marcaría los márgenes laterales para que vaya haciéndose una idea de lo que deberá hacer y cómo presentarlo en un futuro.

En cuanto al útil, procederíamos a entregarle un bolígrafo borrable, tipo Pilot Frixion, que ofrecen tinta líquida con lo que deberán controlar su presión y además son fácilmente borrables.  De igual manera que con el alumno de 2º, si realizara gran presión, deberíamos alternar el bolígrafo con un rotulador tipo carioca, hasta conseguir que la fuerza realizada para escribir sea la adecuada, dominando este aspecto por completo.





6º DE PRIMARIA

El problema que suele originarse en estas edades, es el cambio de letra que realizan los jóvenes, queriendo personalizarla y darle un toque de identidad único, ocasionándose a veces una regresión y como consecuencia una mala caligrafía. Es por ello por lo que debemos darnos cuenta y cuanto antes comenzar a tratarlo, posibilitándoles distintos refuerzos para así mejorar este retraso grafomotor.

Surge entonces el caso de este alumno de 6º de Educación Primaria, que al cambiar de letra está realizando una caligrafía bastante peor a la que venía haciendo y, por esta razón, la presentación de sus trabajos ha ido a peor, llegando al punto de que en muchas ocasiones es dificultoso leer sus palabras. Además, está a punto de pasar a secundaria y por ello tiene que realizar una caligrafía legible y clara, ya que puede que los profesores de secundaria puedan llegar incluso a no corregirle algún examen o trabajo por la mala presentación.

Al igual que a los alumnos de los otros cursos, deberíamos hacérselo saber, hablando con él y comunicándole lo que está pasando, transmitiéndole la necesidad de ayudarle a mejorar y que puede superar este problema con creces, pues es muy válido.

Además, para motivarle, en ese centro se realiza un periódico con todos los alumnos del centro, y a los de 6º curso les toca hacer la transcripción para el periódico oficial de las distintas secciones por ser los mayores, encargándose cada semana un alumno de trascribir una de ellas, por lo que el día que le toque a él deberá hacerlo lo mejor posible para que todo el mundo pueda entenderle.

Por otra parte, estas noticias que saldrán en las secciones, deberán realizarse a través de diferentes entrevistas a los alumnos del colegio, funcionando como reporteros durante el periodo de tiempo que les toque esta función, teniendo luego que comunicar a los transcriptores todo lo que se haya dicho a través de un informe, por lo que, de nuevo, deberá entenderse su letra.

Para mejorar su letra, le entregaríamos distintas noticias cortas que debería copiar, tipo a las que realizará cuando le asignen la función de transcriptor y reportero. Como le encantan las videoconsolas, estas noticias tendrán relación con ellas y los distintos videojuegos que vayan saliendo, por lo que ganaremos su interés y motivación.

Además, a este alumno, iniciaríamos el trabajo de refuerzo entregándole nosotros mismos los materiales, pero según pasara el tiempo, debido a su edad, podríamos otorgarle la responsabilidad de tener que realizarse el mismo el material para trabajar, realizando el modelado a través del ordenador, imprimirlo, y posteriormente, copiarlo para entregarlo.

Con este alumno, comenzaríamos la tarea con hojas cuadriculadas para marcar unos límites espaciales para su letra y, posteriormente, pasaríamos a utilizar un folio con falsilla, de manera que se acostumbre al soporte que utilizará el resto de su vida.

El tipo de útil a usar sería el bolígrafo borrable, y posteriormente un bolígrafo BIC. Del mismo modo, si viéramos que realiza excesiva presión al escribir, podríamos combinar el trabajo con la utilización de una pluma, la cual, al escribir, si apretamos demasiado, se abren los biseles y expulsa más tinta de la cuenta, ocasionando manchurrones, por lo que debería controlar la presión para no estropear las copias.

En cuanto a la tipografía a utilizar, dependerá mucho de la letra que él haga, ya que deberíamos elegir una fuente que se asemeje a sus trazos y movimientos ya interiorizados, facilitándole la adquisición y perfeccionamiento de la nueva caligrafía, pero apoyándonos en lo que ya conoce de antemano. También deberemos entregarle distintas tipografías, que resulten atractivas para él, y en las que pueda elegir cual le gusta más y se pueda identificar con ella. Para ello, deberemos analizar su letra, fijándonos en el grosor, tamaño, inclinación…debiendo adecuar la nueva tipografía y amoldarla a su letra original. En el caso de que al alumno, no le gustara la letra que inicialmente eligió, le daremos la posibilidad de cambiar de tipografía a una que se ajuste más a sus gustos y a la comodidad del trazado, pudiendo realizar cambios un máximo de 3 veces.

Entre los distintos tipos de letra contemplados, algunos ejemplos de los que podríamos mostrarle serían Honeymoon, Apple Chancery, Lisbon Script, Teachers student, Pw ScolarPaper….



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EVALUACIÓN


Antes de comenzar con la tarea, convendría hacer una hipótesis de trabajo, una observación, evaluación y análisis previo para obtener información sobre las dificultades que tiene y poder focalizar un poco lo que le vayamos a pedir. También tendríamos que ver cuanto tiempo tarda en hacer una plana tipo, calculando lo que le va a llevar realizar esa copia, para aproximar el tiempo que deberá emplear diariamente a completar la tarea.

Para evaluar estas tareas de refuerzo caligráfico, nos sentaríamos al menos una vez a la semana con el alumno. En estas reuniones, lo que veríamos sería los distintos progresos y avances que ha realizado durante la semana transcurrida. Le enseñaríamos todas las planas que hubiera hecho y las correcciones marcadas por el docente, en este caso nosotros, comentando y mostrándole sus avances, cosas que podría mejorar y otras que hace correctamente, siempre reforzándole positivamente y animándole a seguir haciendo la tarea para lograr el objetivo final, mejorar su caligrafía.

Nunca deberemos tener en cuenta estos ejercicios caligráficos para la nota de clase, ya que es una tarea extra de refuerzo y, por tanto, sería voluntaria, aunque aconsejable para solventar ese retraso de la habilidad grafomotriz presente en el alumno. Una vez que veamos que nuestro alumno haya mejorado, podría dejar de llevárselo para casa, ya que lo seguirá practicando diariamente en clase, aunque no deberemos dejar de observarle y seguir motivándole.

Siempre deberemos ofrecerle un feedback mientras contemplamos su trabajo y realizamos las correcciones, al igual que deberemos estar en comunicación con la familia para que nos comunique como le ven ellos al realizar las tareas en cuestiones de comportamiento y motivación.

Para corregirlo, utilizaríamos la técnica del boli rojo y boli verde, en la que las letras o palabras que podrían ser mejoradas se marcarían con un bolígrafo rojo, mientras que con el bolígrafo verde se subrayarían las que ha hecho correctamente, de manera que, por cada cosa señalada como mejorable, hubiera una buena, equilibrándose los colores. No es lo mismo una hoja con correcciones rojas que una con colorines, motivándole a conseguir que todas sean verdes, a modo de autosuperarse y mejorar.

Si el alumno es mayor, podríamos enfocar esta corrección de otra manera, marcando los errores mediante una señal al inicio de la línea, para que él mismo sepa que existe un error en lo escrito y fuera capaz de localizarlo, reforzándose la competencia de aprender a aprender, pudiendo ser consciente de sus propios fallos para no volver a repetirlos.

Entre los distintos aspectos que podríamos fijarnos como docentes, tanto antes de empezar a realizar este tipo de refuerzo, como durante y después de él, así como con el resto de alumnos y no solamente con los que presenten un retraso grafomotor, sería todo lo relacionado con postura, disposición del papel, destrezas manuales, hábitos que realiza, orden y limpieza en la escritura, presión, proporción del tamaño de las letras acorde al papel, espacios que hace entre palabras… Si contempláramos alguna seña de que estos ítems no se cumplen o se realizan de mala forma, deberíamos corregir a nuestro alumnado dichos aspectos para conseguir mejorarlo y que no fueran a peor.

Al realizar todas las planas en hojas sueltas, cada semana podríamos ir uniéndolas y conformando un cuaderno con todos sus trabajos, de forma que pudiera ver perfectamente como ha ido evolucionando su grafomotricidad. Además, de este modo, podríamos tener constancia y un archivo de todos ellos para posibles labores de investigación.



CONCLUSIÓN

Una vez más, y como de costumbre en esta asignatura, se nos ofrece la posibilidad de hacer crecer a nuestro alumnado, en este caso, a través de la comunicación escrita.

Son muchas las formas que todos hemos vivenciado al aprender a escribir, y otras la infinidad de veces que nos han hecho saber que nuestra caligrafía no era la más adecuada, y que deberíamos mejorarla. Pero son escasas las ocasiones que se nos han planteado tareas de refuerzo como las originadas en este bloque, trabajo atractivo, motivador, basado en el interés del propio alumno, ofreciéndose un modelo a seguir para estructurar y potenciar la mejora de las habilidades grafomotrices de todos nuestros alumnos, pudiendo actuar consecuentemente ante la presencia de distintos retrasos en la escritura.

Se va conformando en nuestro interior un perfil de un maestro sabio y rico en recursos con los que poder solventar prácticamente cualquier déficit o problema que exista en nuestro alumnado, pudiendo utilizar todas las actividades que hasta día de hoy hemos realizado (y las que quedan) en nuestro futuro docente, para no hacer lo que hicieron con muchos de nosotros.

Siempre se nos intenta inculcar el arte de la escritura a través de repeticiones, de rellenar cuadernos monótonos a través de movimientos gráficos siguiendo líneas de puntos, realizando círculos, espirales…pero no se nos ha mostrado jamás como hemos aprendido a través de esta actividad, cómo hemos avanzado, y menos aún lo hemos realizado a través de nuestra motivación e intereses, pudiéndose haberse desarrollado una tarea de mejora y refuerzo, mientras disfrutábamos trabajando con un soporte que es llamativo y enriquecedor.

Considero que el papel del maestro debe funcionar como un guía, un facilitador de materiales que ayude a reforzar y mejorar continuamente, tanto la competencia comunicativa, como cualquier otra competencia o aspecto que involucre el desarrollo de cualquier alumno. Es por esta razón por la que debemos implicarnos completamente en la educación de las personas que pondrán a nuestro cargo, intentando hacerles crecer hasta obtener lo máximo a lo que aspiren, y de llegar a conseguirlo, gran parte será gracias al interés y trabajo que realicemos nosotros como futuros docentes. Como dice nuestra maestra Irune Labajo “La didáctica usada por el maestro y la secuenciación de las actividades, determinará enormemente los avances en el aprendizaje”.

También creo necesario recordar, como ya hemos visto en el anterior y en el presente bloque, que todas las competencias comunicativas son de aspecto multidisciplinar, y el centro escolar en general, y cada docente particularmente, debe estar comprometido con el fin de sacar el máximo de nuestro alumnado en todas y cada una de las áreas, implicándose al máximo en la formación de los chavales.

Tras el estudio de este bloque, me doy cuenta de que realmente no existe ningún proceso estandarizado para aprender a escribir, pero si es cierto que el método caligráfico y las distintas tipografías que deberían ser enseñadas en la escuela tendrían que ser desligadas, ya que son las que comúnmente nos encontramos y vemos a diario. También deberíamos proporcionar al comenzar a enseñar a leer, aunque esto compete más a las maestras de educación infantil que de primaria, un alfabeto con distintas tipografías de las distintas letras para que puedan reconocerlas al verlas en su entorno más cercano, de manera que no solo se limiten a conocer las “típicas” que se enseñan en la escuela, sino que puedan disponer de un gran abanico de tipos de representación de estos símbolos, por los cuales se produce la escritura.

De igual manera, considero que la parte más complicada y costosa de esta actividad sin duda es elegir ese reforzador, ese aspecto que generará la motivación e interés de nuestro alumno, y para ello, deberemos conocerles lo máximo posible, y esto conlleva una integración, comunicación e involucración completa dentro del aula, necesaria para lograr una correcta educación y desarrollo en nuestro alumnado.



BIBLIOGRAFÍA / WEBGRAFÍA

Labajo, I. (2018). Didáctica de la Lengua Española. Madrid. CSEU La Salle.

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